La máquina de coser ha sido desde su invención una de las herramientas más poderosas en manos de sastres y costureras, transformó radicalmente la forma de confeccionar prendas textiles, que durante milenios se elaboraban completamente a mano.
A mediados del siglo XVIII, el inglés Charles Weisenthal dio uno de los primeros pasos hacia la creación de esta máquina al presentar una aguja diseñada para ser utilizada en un dispositivo mecánico, aunque su proyecto no se concretó su idea buscaba mejorar el proceso manual mediante una aguja accionada por “dedos mecánicos”; sin embargo, la falta de continuidad en las puntadas impidió que tuviera éxito.
A finales de ese mismo siglo, Thomas Saint presentó una de las primeras patentes de una máquina de coser con la intención de revolucionar la industria textil. Aunque no se sabe con certeza si llegó a construir un modelo funcional se le considera el pionero en este campo, su boceto abrió el camino a inventores posteriores como Joseph Marie Jacquard, quien desarrolló una máquina que utilizaba tarjetas perforadas para controlar las puntadas y patrones de costura a pesar de ser revolucionaria, su complejidad y alto costo limitaron su comercialización.
En 1830, Barthélemy Thimonnier patentó una máquina que empleaba una aguja de gancho para crear puntadas en cadena, fabricó unas 80 unidades destinadas a confeccionar uniformes militares para el ejército francés, sin embargo, ese mismo año su fábrica fue destruida por un grupo de sastres que veían en su invento una amenaza para sus empleos.
En 1834, el inventor estadounidense Walter Hunt desarrolló una máquina de coser, pero decidió no patentarla por temor a que afectara negativamente la economía del país, más adelante en 1846 Elias Howe patentó una máquina con una aguja que tenía el ojo en la punta, lo que la hacía más fácil de manejar y mucho más eficiente que sus predecesoras.
No obstante, fue Isaac Merritt Singer quien logró popularizar la máquina de coser a nivel mundial, en 1851 mejoró el diseño de Howe y presentó su propia patente; las máquinas Singer eran más fáciles de usar que las disponibles en ese momento, y además ofreció planes de pago lo que las hizo accesibles para un público más amplio.
Estos inventos marcaron un antes y un después en el mundo de la costura y la moda, es difícil imaginar cómo sería hoy la industria textil sin las máquinas de coser.
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